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¡Dame sólo, Señor! Un HIJO SANO

No te pido Señor un hijo grande, famoso ni letrado,
Ni te pido que sus ojos sean azules o sus cabellos dorados,
Tampoco te pido un hijo fuerte, gracioso o inteligente.
¡Dame solo Señor! Un HIJO SANO,
Que pueda ver como nosotros vemos,
Reír, llorar y sentir como algunos lo hacemos;
Que pueda oír para escuchar tu nombre
Y hablar para decirte: ¡Gracias!.

Dame un hijo Señor que esté completo,
Con sus manos para saludarte
Y sus pies para ir a ti.

No te pido un hijo dechado de virtudes,
Hazlo humano, que sienta que lo que le has dado
Es un regalo inmenso, ¡cuántos niños quisieran tus regalos!,
Hazlo honesto, sincero y bondadoso,
Para que en cada acto de su vida
Sepa alabar tu nombre, agradeciendo siempre
Lo mucho que le has dado.

Hazlo fuerte en sus decisiones,
Que su palabra no resulte de titubeos o de dudas.
Hazlo bueno, que sepa ver en sus semejantes a un hermano,
Que sufre o que goza que muchas veces una palabra dulce
Descubre un horizonte nuevo.

Es mucho lo que te pido Señor,
Pero pronto seré padre y una gran zozobra se encierra en mi alma,
He visto a más de uno nacer sin tus regalos,
Sin la vista para ver tus creaciones,
Sin el oído para escuchar tú nombre.

Los he visto nacer muertos,
Incompletos o deformes,
Los he visto también nacer sin un cerebro para imaginarte.
Señor dador y creador de vida,
DAME UN HIJO COMO TU LO DECIDAS
PERO QUE SE PAREZCA A TI…